La divulgación permite difundir los conocimientos científicos al gran público mediante un lenguaje claro y comprensible. A partir de 1855, este público se amplió con las Exposiciones Universales, los museos de ciencia y tecnología, las publicaciones y las revistas especializadas y las conferencias científicas.
En el siglo XIX, la sociedad francesa experimentó grandes transformaciones: las revoluciones industriales cambiaron radicalmente los modos de producción, la organización social y la vida cotidiana. La técnica se volvió omnipresente y fue, al mismo tiempo, fuente de promesas y de inquietudes.
Las ciencias y la técnica también ganaron protagonismo en las publicaciones dirigidas a los jóvenes. Hacia 1860, surgió un nuevo género literario como respuesta al creciente interés por el mundo de las ciencias: “la novela científica”, que combina aventuras emocionantes con explicaciones pedagógicas. Este género se popularizó con la publicación en 1863 de la novela Cinco semanas en globo, de Julio Verne, editado por Hetzel, y que tenía como objetivo ofrecer una “instrucción que divirtiera”.
Pierre-Jules Hetzel, el editor de Julio Verne, expresó esta idea en el prólogo de Las aventuras del capitán Hatteras (1866), el deseo de enseñar entreteniendo: “[…] En efecto, su propósito es resumir todos los conocimientos geográficos, geológicos, físicos y astronómicos reunidos por la ciencia moderna, y rehacer, bajo una forma atractiva y pintoresca que le es propia, la historia del universo”.

Jame’s Prunier
Viaje al centro de la tierra
Ilustración para la adaptación de la novela de Julio Verne
Éditions Gallimard Jeunesse, 2004
Gouache y acuarela sobre papel
MJV C566 (Compra al artista, 2006)

Frédéric Voisin
La isla misteriosa
Linograbado, 2020
(Compra al artista, 2023)

Jame’s Prunier
La isla misteriosa
Ilustraciones para la adaptación de la novela de Julio Verne
Éditions Gallimard Jeunesse, 2000
Gouache y acuarela sobre papel
MJV C567 (Compra al artista con el apoyo del Fondo Regional de Adquisición para las Bibliotecas, 2006)

Jean-Marc Deschamps
Lune sur son socle (La luna en su pedestal)
Modelo inspirado en la película El viaje a la Luna, 2000
MJV G193
El viaje a la luna es una película producida y dirigida por Georges Méliès, estrenada en 1902. Esta se inspiró en las novelas De la tierra a la luna de Julio Verne (1865) y Los primeros hombres en la luna de H. G. Wells (The First Men in the Moon, 1901).

El viaje a la luna
Alrededor de 1879
donación de los Amigos de la Biblioteca Municipal de Nantes, 2016
Vista estereoscópica de la ópera-ballet de Jacques Offenbach, libreto de Albert Vanloo, Eugène Leterrier y Arnold Mortier basado en Julio Verne, representada el 26 de octubre de 1875 en el teatro de la Gaîté.
La estereoscopía es el conjunto de técnicas utilizadas para reproducir una percepción del relieve a partir de dos imágenes planas.

Frédéric Voisin
Robur el Conquistador
Linograbado, 2020
(Préstamo del artista)

El amo del mundo
Cartel de la adaptación cinematográfica
del director William Witney, 1961
MJV D290
El cine estadounidense contribuyó a la popularidad de la obra de Julio Verne, gracias a la notoriedad de sus actores y a sus importantes recursos técnicos y financieros. Pero lo que la obra ganó en notoriedad, lo perdió en integridad, ya que los guionistas cambiaron los argumentos e introdujeron nuevos personajes.

El Épouvante
Modelo de Jean-Marc Deschamps inspirado en la novela El amo del mundo (1904)
2003
MJVG172 (Compra al artista)
Con El amo del mundo, Julio Verne cerró una historia que había comenzado veinte años antes: el ingeniero Robur regresaba con una nueva máquina y oscuros proyectos.
El Épouvante era un «medio universal de transporte», una máquina híbrida capaz de desplazarse por tierra, sobre y bajo el agua, y por el aire. Esta curiosa máquina estaba dotada de una estructura fusiforme fabricada en aluminio (a diferencia del Albatros, la primera máquina de Robur, que estaba hecha de papel resinado). El casco descansaba sobre cuatro ruedas, y los radios de estas se ensanchaban en forma de paletas para acelerar el desplazamiento por el agua. Las alas estaban enrasadas en los laterales del dispositivo; y se desplegaban al alzar el vuelo, para luego empezar a aletear como las de un pájaro. El Épouvante, con 10 metros de eslora y 1,80 metros de manga, podía alcanzar velocidades de más de 250 km/h en tierra, gracias a dos turbinas Parson situadas a ambos lados de la quilla, que también proporcionaban propulsión en medios acuáticos y atmosféricos.
El Épouvante y su creador tuvieron un final trágico: al desafiar a los elementos, se vieron alcanzados por un rayo vengativo y engullidos por las profundidades del golfo de México.

SSelección de juguetes: La conquista del espacio
(Colección André Martin)
Con sus relatos De la Tierra a la Luna (1865) y Alrededor de la Luna (1869), que describen la propulsión y la puesta en órbita de un proyectil tripulado alrededor de la luna, Julio Verne se anticipó un siglo a las hazañas de los programas espaciales. En este sentido, se lo puede considerar como «uno de los grandes pioneros de la era espacial» (Frank Borman, astronauta).
Estos objetos ilustran la conquista del espacio y la carrera hacia la Luna emprendida por EE UU y la URSS tras la Segunda Guerra Mundial. Con la Guerra Fría como telón de fondo, el lanzamiento del satélite artificial Sputnik 1 y el primer vuelo espacial realizado por Yuri Gagarin demostraron el avance soviético en este campo. Esta rivalidad llevó a Estados Unidos a lanzar el programa Apolo, con el objetivo de lograr que el hombre pisara la luna. Este ambicioso proyecto se hizo realidad el 21 de julio de 1969 con el alunizaje de la misión Apolo 11 y los primeros pasos de Neil Armstrong y Buzz Aldrin en la Luna.

Jame’s Prunier
Alrededor de la luna
Gouache y acuarela sobre papel
MJV C355 (adquirido con la ayuda del Estado y de la Región de los Países del Loira (FRAM), 1987
Dibujos originales para una edición de la novela de Julio Verne publicada por Gallimard en 2004.